La situación de comunicación es la situación en la cual se encuentran los actores que comunican, es decir, que intercambian propósitos con el interés de lograr una cierta inter-comprensión y cuyo sentido depende, por una parte, de las condiciones en las cuales se realiza el intercambio. Comparándolo con el cerro se puede nota que todas las personas tenían una referencia diferente en la forma y aspectos que ven el cerro, siendo ellos los actores que comunican y nosotros lo que recibimos la inter-comprensión.
Este cerro tiene gran acogida dentro de la comunidad aledaña al mismo, pero muy pocas personas de otras zonas de la cuidad lo conocen o han oído hablar de él. Cada día son más las personas que frecuentan el cerro, sin embargo no se ha creado una conciencia de sentido de pertenencia de éste. La identidad de los protagonistas del intercambio dependerá de una clase categorial, de un estatus, de una cierta relación de poder e incluso de ciertos rasgos psicológicos, pero todo esto considerando toda esta identidad sicosocial en una relación de pertinencia con respecto al acto del lenguaje, al estudiar la información recogida en el proceso se evidencia la carencia de diferentes aspectos que tocan lo social, cultural, ecológico y la seguridad. Cada una de las personas y los datos observados dan cuenta de la necesidad de inversión en infraestructura para crear senderos, rutas seguras de acceso alternas, portes de iluminación, señalizaciones, puestos para brindar servicio médico, cestos de basura y lo más importante, destinar una cuota de esa inversión a la seguridad.
Muchas entidades han prometido intervenir al cerro para satisfacer las necesidades del público actual y convertirlo en un destino para personas de
todas partes, con numerosos atractivos turísticos. Pero hasta ahora no se ha hecho visible ningún beneficio por parte de estos entes; el cerro sólo ha sido intervenido por personas desinteresadas que tratan de hacerlo más accesible; zanjas en el suelo a manera de escalones son algunas de las obras realizadas por estas personas que parecen ser las únicas con sentido de pertenencia por el cerro. El propósito corresponde al macro-tema que se refiere a cada situación representa el dominio del saber acerca del cual se trata en el intercambio, la circunstancias, en fin, constituyen el marco materia más o menos manifiesto de las circunstancias físicas del intercambio.
Es importante tener en cuenta que cuando hablamos de espacios públicos y mucho más turísticos, cada lugar genera múltiples reacciones en las personas que lo habitan o frecuentan, estas reacciones varían dependiendo de dónde este ubicado, las prácticas que se realizan y los prejuicios que se tengan sobre éste; esto permite afirmar que la relación en la cual están comprometidos los interlocutores de un acto lingüístico es de orden establecido como eje central del fenómeno de la comunicación social y el cual se fundamenta en un sistema de reconocimiento recíproco.
El intercambio de comunicación, se encuentra entonces en una relación de reciprocidad que los obliga a reconocer la finalidad que los vincula, la identidad que los caracteriza, el propósito que ellos intercambian, las circunstancias que los constriñen físicamente y los roles discursivos que le son atribuidos, resulta muy enriquecedor desde el punto de vista semiótico el estudio de este lugar, debido a la diversidad de personas con diferentes fines recreativos, lo cual nos permite analizar los significados que le da cada una de estas personas al cerro de acuerdo con sus vivencias y prácticas.
En el tema del turismo, hemos investigado el enganche de un nuevo público diferente al que actualmente asiste al cerro, teniendo como propósito darle un valor agregado al cerro, que atraiga nuevas miradas, y que se convierta en un lugar de gran afluencia de públicos diversos de diferentes sectores de la ciudad, del país y posiblemente internacional. Un espacio externo es un lugar de la construcción de las identidades psicosociales de los sujetos, de su finalidad de influencia y de los contextos materiales de la comunicación.
Por el hecho de vivir en comunidad, el hombre se comunica y relaciona con los seres y objetos que le rodean. Los procedimientos de comunicación son múltiples y nuestros sentidos captan aquellas informaciones suministradas.
En la vida cotidiana, el hombre pasa gran parte del tiempo emitiendo y recibiendo mensajes: una mirada, un gesto, el precio de un artículo, las señales de tráfico, la obra teatral o cinematográfica, las sirenas y los medios de comunicación social (prensa, radio, televisión, publicidad, etc.) son actos de relación comunicativa en los que el lenguaje juega un importante papel como instrumento de comunicación.
A pesar de todos los beneficios que nos proporciona este cerro las personas no lo están cuidando. Lo que preocupa en esta situación es que muchos de sus visitantes, que cada día son más, no se han “apropiado” de él verdaderamente, por lo que es una constante encontrar allí basuras del fiambre o daños a la naturaleza que compone el lugar”. Evidenciando esta problemática la cual esta causando muchos disgustos para las personas que viven cerca del cerro, ya que los visitantes al lugar dejan las basuras donde no se debe, dañando la parte ambiental, no respetándola puesto que arrancan las flores, las cortan , las perjudican y consecutivamente las personas se van a consumir sustancias alucinógenas. Por el lado del sujeto que comunica se puede formular la hipótesis de que éste tiene tus propios objetivos cuando se lanza en un acto de comunicación. Las personas vecinas al cerro invisten a la vez objetivos racionales y deseos subjetivos que constituyen su compromiso personal de comunicación, pero también saben que están obligados a pasar por las convenciones de la situación de intercambio en la cual se encuentra, situación en la que otras personas se han inscrito, y que supone reconocer bajo pena de no poder entrar en el intercambio; mientras que unos se interesan por el bienestar y cuidado del cerro, porque lo creen patrimonio cultural vuestro, otros, no les interesa todos los beneficios que este espacio nos puede traer, tanto para ellos como para las generaciones futuras. Por esto, siempre existirán unos a favor y otros en contra.
Los espacios públicos, en este caso el cerro de las tres cruces, equipamientos cívicos, centros culturales y deportivos, son lugares de paso, de encuentro entre personas conocidas y desconocidas, de relación entre vecinos y vecinas de todas las edades y condición social. Son, por tanto, espacios de convivencia. La influencia consiste en construir un sentido posible poniendo en relación elementos de lo dicho (significado de lengua) con otra cosa que se encuentra en otro lugar, este otro lugar puede ser de diversa naturaleza.
El mantenimiento de estos espacios corresponde al Ayuntamiento, pero es responsabilidad de todos los ciudadanos conservarlos, como si fuera
nuestra casa, pero también la casa de todos. El contrato no es el producto de un sujeto sino de una situación de comunicación que está por encima de los participantes y que ellos mismos han construido.
el contrato de comunicación no es más que un marco mínimo, necesario para la intercomprensión, una base común de reconocimiento, de marco de sentido, de estabilización de una parte de la producción/reconocimiento, a partir del cual se puede jugar con una diversidad de variaciones y de creaciones de sentido, por este motivo los visitantes y habitantes del cerro tienen la responsabilidad de mantener limpio este espacio y el entorno natural de la población donde residimos, y evitar aquellas actividades que sean peligrosas (como encender fuego) o que puedan degradarlo: dejar bolsas de basura o de escombros, alterar el entorno natural (cortar ramas o perturbar el entorno de la fauna y la flora...), etc.